«Es necesario que perdure sobre
la tierra
la Oblación pura, la Oblatio munda.
Algunos me atribuyen la intención
de querer
“salvar a la Iglesia”. Por el contrario, rechazo
asociarme
con quienes manifiestan este propósito “in
directo”.
Ya que, solo Dios, solo Jesús salvará a Su Iglesia
con el Triunfo de Su Madre. De eso estoy
seguro,
aunque ignoro el
“cómo”.
En cambio, estimo un
deber todo sacrificio, hacer
todo lo que esté en mi poder para que
perdure sobre
la tierra la Oblatio munda».
Mons. Guérard des Lauriers
(Sodalitium n° 13, marzo 1988)
«Yo no me
ordené para cometer sacrilegios».
Padre
Joaquín Sáenz
y Arriaga, S.J.
«El
deber de defender la Misa es
un honor y una
gracia».
Padre Noël Barbara
«¡Tenemos un faro de verdad, y es Roma!
Seamos apasionados de Roma.
Tengamos por cierto que aquel que no
tiene afección por Roma ya cayó en el error;
y que no se puede caer en un error
(fundamental, grave) sin que falte
afección por Roma. Pidamos este amor
por la Verdad y por la Iglesia».
Padre Georges Vinson
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